jueves, 16 de agosto de 2012

Here I am (A re-introduction)

Hi everyone! 

My English sucks and this blog was quite dead. So, my New Year's (or Summer) proposition is: to revitalize this blog. I have decided to write it in English (not Spanish, not Italian) because I suppose it will help me to improve my writting skills. 

I think no one reads this blog, so: No readers, no complaints. Perfect!

Any correction will be welcomed. No pedantics, please. 

That's all. Thank you. xxx

martes, 6 de marzo de 2012

España no te quiere

Me resulta difícil pensar en propaganda sin acordarme del Tío Sam del US army. "I want YOU", señalaba con cara de pocos amigos.

No sé a ustedes, pero a mí mis tíos siempre me han malcriado. En Navidades me regalaban juegos, en vez de ropa, me compraban chuches y competían para llevarse el premio al tío más molón. El problema de España es que no nos quedan tíos a los que pedir la propina. Tampoco ese tío de pueblo con bar al que puedes echar una mano un verano a cambio de cuatro perras.

En España ya no nos quieren en casa. Por eso, los gobiernos permiten los deshaucios por,impago de hipoteca. Por eso, nos animan a marcharnos. A Laponia o a la Conchinchina. Fuera bicho, España no te quiere.

Y así, en mi ciudad, como en muchos otros lugares fuera de España, las tabernas ya no tienen mecánicos y albañiles. Ahora te tomas tu cerveza con un ingeniero químico, un periodista, un creativo o un diplomado en turismo.

Los tertulianos de ahora son jóvenes, tienen estudios, no se acobardan aprendiendo idiomas y tienen iniciativa. Pero, aunque sean trabajadores preparados, su país les anima a que no vuelvan a casa más que 15 días de agosto. España ya no tiene tíos.

miércoles, 6 de julio de 2011

Finalmente subiré todos mis artículos en:
 www.tienearte.blogspot.com

sábado, 25 de junio de 2011

Un verano de 40 días


Cuando pienso en verano no recuerdo largos días en la playa y tumbonas de piscina. No me acuerdo de litros de sangría, de caminar entre guiris ni de pasear por paseos marítimos. Soy de tierra adentro, sí, pero tampoco puedo decir que, para mí, el verano implique estar ociosa.


Desde que empecé la carrera todos los veranos he trabajado. Todos. Ya fuera en Toro o en Madrid, la época estival se repartía entre el calor y el portátil, entre la terraza de mi casa y las escaleras del Ayuntamiento, entre mis amigas y los concejales del Ayuntamiento. Salir más tarde y retirarme pronto eran algo usual, teniendo en cuenta que estaba hasta arriba de trabajo. Y luego también estaban los exámenes de septiembre, de los que no me libré ni un año.

Este año mi verano durará poco más de un mes. Vino el martes y se va en una semana, justo cuando yo me voy a Perú, donde es invierno. Salvo esta semana, mi verano comienza oficialmente el 25 de agosto. El resto... el resto es un invierno en Jaén de Bracamoros, del que os tendré bien informada.  

martes, 15 de marzo de 2011

Noches más tenebrosas que las tinieblas

Al despertar en el bosque en medio del frío y la oscuridad nocturnos había alargado la mano para tocar al niño que dormía a su lado. Noches más tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el día anterior (...) Se levantó con la primera luz gris y dejó al chico durmiendo y caminó hasta la carretera y en cuclillas estudió la región que se extendía al sur. Árida, silenciosa, infame.


Este fragmento podría hacer referencia a las calles de muchas zonas costeras de Japón, pero no. Podría hablar de los miles de damnificados que, afortunados ellos, sobrevivieron a la gran ola posterior al terremoto de hace cuatro días, pero no. He aquí la comparación: el fragmento habla de un camino asfaltado, de La Carretera (el libro), cuando la realidad que muestra la foto es un mundo cubierto por barro. En las dos escenas hay destrucción, pero solo es real la historia de la persona que vemos caminar en la fotografía. 

En estos días hemos visto desaparecer ciudades y explotar reactores nucleares tranquilamente desde nuestro televisor. Esta es una de esas noticias que producen escalofríos. Te dejan una sensación amarga que te acompaña el día, te sumen en una rabia interna. Si crees en Dios, lo maldices. 

Pero ¿Qué harías si te tocase a ti? 

Yo estoy convencida de que media España se dedicaría a robar a la otra mitad. Nos pelearíamos por la comida o el combustible. Las televisiones competirían por sacar en antena la imagen más morbosa, el testimonio más descorazonador... Veríamos gente gritando, llorando, cientos de ¡Ay! ¿Por qué yo? 

No es que tenga una visión especialmente pesimista del civismo de los españoles (entre los que puedo incluirme), pero me ha llamado la atención la ausencia de gritos desesperados en los vídeos que llegan desde Japón. Lo resumían muy bien en el informativo de ayer en Televisión Española. Hay tranquilidad. Largas colas de personas esperando para recibir alimento. Pero tranquilidad. Son la otra cara de la tragedia, la que centrará los reportajes cuando el peligro nuclear haya pasado y empiece la reconstrucción. 

No puedo evitar pensar que, definitivamente, los japoneses, hasta en los momentos decisivos, son más evolucionados que nosotros. 

Foto: El País

domingo, 20 de febrero de 2011

¿Qué hacías tú el 23-F?

Hoy los periódicos nacionales ponen especial atención en el aniversario del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Entre testimonios de periodistas, políticos y la particular visión de cierto articulista que va a su bola, me he detenido leyendo este artículo de El País.

Ese día aún faltaban seis años para que yo naciese y seis meses para que lo hiciera mi hermano Carlos. Pero si preguntas en mi familia, cada uno lo vivió de una forma. Me imagino a mi abuela Lola histérica, loca de preocupación, nerviosita perdida. A diferencia de millones de españoles, no creo que mi abuela estuviera  especialmente preocupada por las consecuencias políticas del golpe a largo plazo, sino por ese justo día y los que le sucederían.

Y es que, como el Golpe de Estado, mis padres también cumplen su 30 aniversario estos días. El 23-F dos jóvenes de 20 años recién casados pasaban los primeros días de su luna de miel en Madrid, en casa de unos tíos. Ese día salieron pronto, pasearon por Madrid, comieron cerca de la Plaza Mayor y, ya tarde, volvieron al piso de sus tíos en el barrio del Pilar.

Sus tíos les esperaban ansiosos; mis abuelos habían llamado preguntando y nadie sabía dónde estaban. Ellos habían pasado el día paseando, conociendo la capital, despreocupados. Sí habían oído sirenas, algún tanque... pero creyeron que debía ser normal en Madrid. Ese día no leyeron el periódico ni vieron la televisión hasta por la noche y, aún así, ese día salieron a tomar algo por el barrio.

Siempre los periodistas tendemos a exagerar la realidad. Parece que todos tenemos que haber hecho cosas interesantes cuando se produce un hecho históricamente relevante. Pues miren, Rajoy se cortaba el pelo y Zapatero estudiaba para un examen. Y solo dos días antes del golpe, mientras los militares sublevados conspiraban, mis padres se estaban casando.

martes, 28 de diciembre de 2010

País de pandereta

Este año 2010 acaba mal y los periodistas vamos de mal en peor. Más precariedad, más despidos, pocas ideas nuevas, falta de apoyo... la situación es crítica. Desaparecen periódicos de provincias, se reducen al mínimo las plantillas y se llenan los despachos de becarios (más aún). Trabajar gratis (o casi) es algo habitual para miles de estudiantes de periodismo y nos podemos considerar afortunados los que, al menos, tenemos un horario fijo.

En estos días en los que parece que hay que el empleado debe dar las gracias a sus jefes por permitirle trabajar, no es de extrañar que el canal de información CNN+ eche el cierre. Lo que creo que debería avergonzar a quien quiera que haya tomado la decisión es que el espacio que deja en la TDT lo vaya a ocupar un canal 24 horas de Gran Hermano.

Y aquí surge la pregunta del millón: ¿El corazón gusta a los españoles o se lo tragan porque la oferta es grandísima? Soy pesimista al respecto. Creo que España, hoy todavía, es un país de pandereta. De chiste, pero chiste malo. Vivimos en un país donde todos se meten en la vida de todos y, si es la de un famoso, hacemos negocio con ello. En un país donde dices que estudias periodismo y te preguntan si lo haces porque quieres salir en Sálvame.

Así que no. No me extraña que cierren CNN+. Y no. No me extraña que la audiencia de Gran Hermano 24 horas supere en audiencia al actual canal informativo. No me parece raro; sólo me entristece.

viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Se puede creer en un final de la violencia?

Yo siempre había creído que el diálogo era la única manera de solucionar los problemas. La violencia no valía, porque el dolor sólo engendra dolor y se expande en bucles infinitos de destrucción. La ley del ojo por ojo nunca me gustó. Hay más de un tuerto sin culpa ni pena, que paga por estar en el lugar y momento equivocados.

Caso a parte es el de ETA en España (y Euskadi, claro). Siempre defendí que, para acabar con los terroristas, había que empezar por la educación en las escuelas. No educar en el odio es un buen punto de partida, creo yo.

Pero en un momento determinado mi forma de pensar dio un giro radical. Fue un siete de marzo, a dos días de las elecciones generales de 2008. Estaba en la Plaza Mayor de Morales de Toro con unas 300 personas más y con una sensación de impotencia que lo llenaba todo.

No conocía a Isaías Carrasco, pero había pasado muchas veces junto a su casa. Su hija mayor era de mi edad. A su hija menor, como he podido saber después, le siguen haciendo la vida imposible en el instituto.

No le conocía, pero ese día la sangre me hervía de rabia. No era un asesinato político, porque se había retirado de la vida política un año antes. Fue un tiro por la espalda. A mala leche. Al blanco más fácil.

Antes pensaba que se podía dialogar con un grupo de asesinos. Que, al fin y al cabo eran personas. Desde ese día, la verdad, ya no sé qué pensar.

lunes, 7 de junio de 2010

Zorras y zorros

Cuando se dice que un hombre es un zorro, uno se refiere a un tipo fiestero, un borracho, un viva la Virgen. Eso sí, si el adjetivo se pone en femenino, la señora pasa a ser señorita. Y de las que cobran por hacérselo con un tío. El machismo está en el lenguaje popular y supongo que, con el tiempo, se irá adaptando a los cambios de la sociedad. Puede que nuestros hijos identifiquen zorra con borrachera o la hembra del animal, que no de la especie humana. Mientras, quienes tienen que actuar ahora son los generadores de Opinión Pública, esto es, políticos y periodistas, incluso de los que no lo son pero actúan como tal. Su papel es eliminar el lenguaje machista de los medios de comunicación y, por una vez, dar ejemplo. 


Y ni me molesto en nombrar a este tipo, que debería, como poco, lavarse la boca con jabón. O, al menos, leerse el artículo 20 de la Constitución Española, ya que se presume de ser español con la boca llena. A mí gente así se me atraganta. 

viernes, 14 de mayo de 2010

Yo estoy con Garzón

Porque yo también creo que los falangistas no deberían volver a ganar. Por quienes perdieron a sus familias. Por los niños robados de sus hogares. Por mis padres y mis abuelos. Por los asesinados en nombre de la guerra. Por la recuperación de la memoria colectiva de este país. Porque ya era hora de que alguien haga algo. Yo estoy con Garzón. 

 
Blogger design by suckmylolly.com