Ayer se comentaba entre las aulas y los despachos de oficinas. La Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid, en la que estudio, ha fichado a personajes corruptos para impartir una serie de conferencias en sus cursos de verano, que organizan en Aranjuez. A la cabeza figuraba inicialmente Julián Muñoz, implicado en el caso Malaya, para el curso titulado Periodismo y corrupción y al que no tengo intención de ir. No quiero que un ex presidiario me enseñe a robar a los ciudadanos, como él hizo en Marbella. No lo considero un ejemplo a seguir por nadie que se considere decente.
Tampoco asistiré a las conferencias que impartan el ex presidente de Cantabria, Juan Hormaechea, que ha sido condenado por un juez por corrupto, ni escucharé las magistrales palabras del empresario José María Ruiz-Mateos, que aparte de jugar con el futuro de las familias de sus trabajadores, tenía por costumbre acosar a ministros y montar el carnaval delante de la prensa.
Menudo ejemplo a seguir. Cuánto tenemos que aprender en esta universidad a la que pagamos para que nos enseñen una educación pública y, se supone, de calidad. Me avergüenza pensar que parte del dinero de mi matrícula, aunque sea un céntimo, vaya a parar al bolsillo de alguno de estos personajes corruptos. Con profesores implicados en el caso Gürtel, como Jesús Calvo, y conferenciantes de esta calaña, a los alumnos nos están dando un ejemplo muy poco instructivo.
Publicado en: El País
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